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SOLIDARIDAD CON NUESTROS HERMANOS INDÍGENAS DE CANADÁ

Comunicaciones COICA

La Primera Nación Tk’emlúps te Secwépemc, pueblo indígena de Canadá, informó el pasado 27 de mayo que los hallazgos preliminares de un estudio de los terrenos de la antigua Escuela Residencial Indígena de Kamloops, ubicada en el sur de Columbia Británica, han descubierto los restos de 215 niños enterrados; algunos de ellos tan jóvenes como de tres años. 

Las Escuelas Residenciales Indígenas, funcionaron un período de más de 150 años, se estima que 150000 niños y niñas de las Primeras Naciones Inuit y Métis Nation, fueron separados a la fuerza de sus familias para asistir a estas escuelas que estaban ubicadas lejos de sus comunidades.  Muchos de los niños y niñas fueron abusados ​​física y sexualmente en las escuelas, y nunca regresaron a sus hogares.

Tal como lo han expresado las autoridades competentes «…estas escuelas residenciales no eran escuelas; eran instituciones diseñadas para erradicar y eliminar a los indígenas. Eran instituciones diseñadas para perpetuar un genocidio».

Los hechos sucedidos con los pueblos indígenas de Canadá, son los rastros visibles de un proceso de exterminio físico y cultural del que hemos sido sujeto todos los pueblos indígenas a nivel global, sumado a la invasión y saqueo de nuestros territorios.

Como pueblos indígenas de la Amazonía, que históricamente también hemos sido sujetos de violencia y genocidio, condenamos los hechos y expresamos nuestra total indignación por las huellas de muerte encontradas. Nuestra solidaridad con la Primera Nación Tk’emlúps te Secwépemc de Canadá; nos unimos a través del fuego sagrado a honrar todas esas vidas que fueron arrebatadas.

Es importante y necesario que, como un acto mínimo de responsabilidad, el Gobierno canadiense brinde protección de los sitios de las antiguas escuelas residenciales, para que se puedan realizar investigaciones completas; proporcione los recursos necesarios para identificar y conmemorar a todos los niños y niñas que desaparecieron y se reconozcan estos hechos de violencia ante las naciones indígenas; tal como lo han exigido sus líderes.

Los pueblos indígenas alzamos nuestra voz por justicia y reconocimiento del genocidio perpetuado, porque para construir una nueva sociedad más inclusiva e intercultural, es esencial conocer la historia y no volverla a repetirla. Anhelamos un mundo más justo a favor de la vida.