El Panel Científico del Amazonas (SPA) presentó los resultados preliminares de un primer informe científico exhaustivo para la cuenca del Amazonas.
El día de ayer, 14 de julio de 2021, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) y el Banco Mundial organizaron un diálogo de alto nivel para presentar los hallazgos iniciales del Panel Científico para la Amazonía (SPA) y fomentar conversaciones entre científicos y responsables de políticas públicas para avanzar en las metas de desarrollo sostenible en la Amazonía. La presentación tuvo lugar en un evento paralelo a el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible (HLPF) en las Naciones Unidas. Los oradores incluyeron al Premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos (ex Presidente de Colombia), Gregorio Mirabal (Coordinador del Congreso de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica [COICA]), Sr. Guilherme Leal (CEO y Fundador de Natura Cosmetics), Dra. Valerie Hickey (Banco Mundial) y los científicos del SPA Dra. Mercedes Bustamante (Universidad de Brasilia), Dra. Simone Athayde (Universidad Internacional de Florida), Dra. Marielos Peña-Claros (Universidad de Wageningen) y Dr. Ricardo Abramovay (Universidad de São Paulo).
La urgencia de la toma de decisiones basadas en la ciencia
Los científicos han estado advirtiendo sobre las desastrosas consecuencias de la destrucción de la selva amazónica durante décadas. A medida que el cambio climático amenaza al mundo con temperaturas cada vez más altas y extremos climáticos más frecuentes, como lo atestiguaron recientemente las grandes inundaciones en el estado de Amazonas (Brasil) y la pandemia de COVID-19 que aún continúa extendiéndose por todo el mundo, es más urgente que nunca promover, difundir y mejorar las soluciones y vías para el desarrollo sostenible, proporcionando recomendaciones basadas en la ciencia y aplicables a la política publica.
La toma de decisiones debe estar guiada por datos claros y confiables, proporcionados por expertos para ayudar al publico a entender las emergencias reales, como las que enfrentamos ahora. En este sentido, el reporte del SPA, elaborado por científicos de los ocho países amazónicos, Guyana Francesa y otros colaboradores globales, no solo evalúa el estado de los ecosistemas amazónicos, sino también las tendencias regionales, las implicaciones a largo plazo para el bienestar de la región. El reporte también explora oportunidades y opciones para la política pública que fomenten la conservación y el desarrollo sostenible de la Amazonía.
Las crisis que continúan en el Amazonas impactan fuertemente, no solo a las comunidades locales, pero a la comunidad global, ya que este bioma juega un papel crucial en los ciclos globales del agua y en la regulación de la variabilidad climática. Adicionalmente, estudios recientes muestran que la deforestación y la degradación de los bosques puede influir en la aparición de nuevas enfermedades zoonóticas. Dado el alarmante incremento en la deforestación del amazonas, hay un aumento en el riesgo de brotes que puedan tener consecuencias enormes a nivel social y económico, como se ha evidenciado durante la pandemia del COVID-19. Para responder al compromiso de cumplir la Agenda 2030 durante la Decada de Acción de las Naciones Unidas, es crucial que se de prioridad a acciones que reduzcan las amenazas a esta región.
Resultados preliminares del Panel Científico del Amazonas (SPA)
El Amazonas es una superpotencia de biodiversidad: alberga la mayor concentración de biodiversidad en el planeta tierra, con más de 10% de las especies listadas en el mundo. Esta extraordinaria biodiversidad provee estabilidad y resiliencia a los ecosistemas, y es el producto de complejas dinámicas que han co-evolucionado por millones de años. Todavía, mucha de esta biodiversidad es desconocida para la ciencia, y la tasa de listado de nuevas especies para muchos de los grupos taxonómicos del Amazonas es una de las más altas (aproximadamente, una nueva especie se lista cada dos días).
El Amazonas es un componente crucial del sistema climático de la tierra. La precipitación producida en el Amazonas produce la descarga de río más grande del planeta: aproximadamente 20% de la descarga mundial entre ríos y océanos. El Amazonas también actúa como un sumidero de carbono importante, almacenando 200 billones de toneladas de carbono en sus suelos y vegetación.
“La ciencia nos dice que nos enfrentamos a riesgos potencialmente irreversibles y catastróficos para la humanidad debido a múltiples crisis (reducción de la biodiversidad, cambio climático y la pandemia de COVID-19). Sin embargo, también nos muestra que hay una ventana estrecha de oportunidades para cambiar esta trayectoria. El destino del Amazonas es central para la solución de las crisis globales. El SPA ha consolidado un nuevo entendimiento de las respuestas de los ecosistemas amazónicos a los cambios que ocurren a velocidades sin precedente y resalta la urgencia de abordar soluciones.” – Mercedes Bustamante
El Amazonas también es el hogar de aproximadamente 40 millones de habitantes, de los cuales más de 2 millones pertenecen a comunidades Indígenas que incluyen más de 350 grupos étnicos, de los cuales 60 permanecen en aislación voluntaria. Este numero, sin embargo, representa sólo una fracción de los 8 a 10 millones de habitantes indígenas y los más de 1,000 idiomas que habitaban en el Amazonas antes de la colonización.
Los pueblos Indígenas han habitado el Amazonas, en comunidades urbanas o rurales, por al menos 12,000 años y han contribuido a la actual biodiversidad de la región. Los métodos de producción agrícola presentes antes de la colonización Europea incluyen un legado de agro-biodiversidad y domesticación de al menos 155 plantas. Después de la incursión europea en Suramérica del siglo XVI, esclavos africanos trajeron sus propias tradiciones y técnicas agrícolas, así como sus propias variedades de cultivos. Muchos platos emblemáticos de la cocina Latinoamericana son intrínsecamente ligados a África y a sus poblaciones.
“El Amazonas es un sistema biocultural que no puede sobrevivir sin la valorización, empoderamiento y participación de los pueblos indígenas y comunidades locales (IPLCs) tanto en espacios rurales como urbanos. La diversidad biocultural en el Amazonas y en todo el mundo provee al planeta con conocimiento, recursos, alternativas e innovaciones para abordar la incertidumbre con la que navegamos estos tiempos turbulentos de puntos de inflexión socio-ecológicos para la resiliencia de la Tierra. No puede haber ningún tipo de desarrollo sin inclusión, equidad y justicia socio-ambiental.” –Simone Athayde
Hoy en día, la población del Amazonas es más de 70% urbana. Esto invita a prestar más atención al urbanismo explosivo de la región y sus ambientes urbanos.
Actualmente, 18% de las zonas forestadas de la cuenca Amazónica han sido convertidas a otro uso, con un 17% adicional siendo degradado. El mayor impulsor de este proceso ha sido la expansión de la frontera agrícola y las actividades ilegales. La sobreexplotación, deforestación y fragmentación de los bosques son las amenazas principales a la biodiversidad, tanto en los Andes trópicos como en las tierras bajas de la Amazonía. Alteraciones antropogénicas han puesto a más de 8,000 especies de plantas endémicas y 2,300 de animales en vía de extinción. Estas alteraciones también están cambiando el funcionamiento de los bosques y otros ecosistemas, afectando el almacenamiento y secuestración de carbono, disminuyendo su productividad y resiliencia a las perturbaciones, así como interrumpiendo el ciclo del agua, con consecuencias incalculables para el presente y futuro bienestar humano.
Los ecosistemas de agua fresca han sido degradados y sus especies han sido amenazadas por una multitud de factores, incluyendo el cambio climático , la sobreexplotación, la polución, la minería y la fragmentación de ríos por represas hidroeléctricas y otra infraestructura (por ejemplo, carreteras), alterando los procesos del ecosistema al modificar las cascadas tróficas. Estas degradaciones ponen la salud humana, la seguridad alimentaria y el acceso al agua en riesgo, y disminuyen la capacidad de la población y fauna Amazónica de adaptarse a futuros cambios antropogénicos.
Modelos climáticos con escenarios de altas emisiones futuras proyectan un “calentamiento progresivo que puede exceder los 6°C” en el Amazonas en la segunda mitad del siglo, particularmente durante la estación seca. La precipitación media anual disminuirá la región, con efectos más pronunciados en las zonas este y sur. Se proyecta un incremento en la precipitación de la zona noroccidental del Amazonas al final del siglo XXI. Una pregunta de gran importancia es cuánta tala de bosques, y en qué localizaciones, podría llevar a que se crucen los puntos de inflexión y que se establezcan nuevos y persistentes ecosistemas con una menor cantidad de biomasa en toda la región.
Una red de aproximadamente 7,000 territorios indígenas (TIs) y áreas protegidas (APs) atravesando ocho países y un territorio nacional cubren alrededor del 50% de la cuenca Amazónica. Esta red es uno de los pilares para la conservación de la riqueza biológica de la región, la autodeterminación y la protección de los derechos de la tierra de los grupos indígenas. Aunque tanto los TIs como las APs muestran tasas de deforestación más bajas que las zonas forestales no protegidas, estas siguen bajo continua amenaza de la expansión de la frontera agrícola, el daño causado por infraestructura y la combinación de concesiones extractivas y procedimientos “legales” que cambien sus limites y niveles de protección.
“Consideramos que la ciencia, actualmente representada por el Panel Científico, los pueblos indígenas del Amazonas, la tecnología y nuestra ciencia basada en conocimiento tradicional, se unen en este reporte para darles un mensaje de preocupación, pero también una propuesta al mundo—a compañías, bancos y gobiernos. Queremos que la voluntad de los gobiernos entre en acción para salvar al Amazonas y nuestras comunidades.” –Gregorio Mirabal
Disminuir la deforestación y la degradación de los bosques a cero en menos de una década es crucial. Las estrategias de conservación de los bosques y la biodiversidad son una prioridad. Estas incluyen el ejercicio de la ley dentro y fuera de las áreas protegidas, la integración de las APs con sistemas agroecológicos y cadenas de suministro sostenibles, incentivas para restaurar áreas degradadas, la mejora de la gestión de instituciones financieras, y la incorporación de diferentes formas de sociedad civil y de movimientos sociales que conlleven a nuevas formas de gobernar el medio ambiente y los recursos naturales.
La restauración y rehabilitación de más de 360,000 km² de bosques degradados y de 470,000 km² de tierras deforestadas o abandonadas en el Amazonas es una oportunidad para los responsables de políticas públicas con compromisos internacionales a largo plazo que tengan beneficios a las poblaciones locales. Planeación de la restauración y remediación de hábitats de agua dulce es esencial porque comúnmente la restauración y rehabilitación de más de 360.000 km² de bosque degradado y 470.000 km² de tierras agrícolas deforestadas o abandonadas en la Amazonía es una oportunidad con beneficios directos para la población local para los responsables de políticas a nivel regional y nacional con compromisos internacionales a largo plazo. La planificación de la restauración y remediación de los hábitats de agua dulce es esencial ya que, a menudo, estas áreas no se recuperan por sí mismas. Este proceso requiere soluciones tecnológicas para restaurar la calidad del agua y reestablecer la dinámica hidrológica y la conectividad. También es necesario reestablecer las prácticas de pesca sostenibles como un recurso clave para los sustentos locales. La restauración y rehabilitación de estas tierras abandonadas también podría fomentarse mediante la regulación ambiental. El 20% de toda la tierra deforestada en la Amazonía está abandonada y se concentra en el «arco de la deforestación» y junto a vías fluviales y carreteras. Para ser eficaces, la restauración y la remediación deben centrarse en áreas prioritarias en las que se maximicen los múltiples servicios de los ecosistemas para una amplia gama de grupos interesados en las redes rurales y urbanas.
“Sin duda, la restauración desempeñará un papel importante en el restablecimiento de la calidad del agua, la cobertura forestal o la productividad del suelo en la Amazonía. Pero debemos tener en cuenta que muchas opciones de restauración tienen altos costos y son bastante complejas de implementar. Por lo tanto, la restauración debe verse como la última opción. Nuestro objetivo principal debería ser conservar los bosques y los cuerpos de agua, evitando así la necesidad de una restauración futura ”. – Marcielos Pena-Claros
El trabajo intersectorial y colaborativo entre gobiernos, la sociedad civil organizada y organizaciones locales e indígenas para la conectividad andino-amazónica ofrece una oportunidad complementaria. Esto incluye integrar la gestión de APs y TIs para la conservación de la biodiversidad, el fortalecimiento de las conexiones culturales y la vitalidad económica regional entre los sistemas rurales y urbanos, garantizar una respuesta coordinada a las amenazas a las que se enfrenta la región y a promover la investigación internacional y la cooperación intergubernamental global. Fortalecer la cooperación entre los gobiernos de los países amazónicos, la sociedad civil, las instituciones financieras, el sector privado, los pueblos indígenas y las organizaciones de otras comunidades locales es vital para construir «la Amazonía que queremos».
La Amazonía tiene un inmenso potencial para convertirse en el epicentro de un modelo de bioeconomía que valora los bosques saludables y los ríos que fluyen, y que promueve el bienestar de sus poblaciones rurales y urbanas. Para posibilitar el desarrollo de una bioeconomía sostenible y dinámica en la Amazonía, es necesario combatir las actividades ilícitas y los delitos ambientales, fortalecer las cadenas de valor de los productos de la biodiversidad mediante la fusión del conocimiento científico y el conocimiento tradicional, estimular el emprendimiento y fortalecer emprendimientos científicos y comunitarios con inversiones públicas, privadas, domesticas, e internacionales.
“La economía de destrucción de la naturaleza, que hasta hoy domina la Amazonía, debe ser reemplazada por una economía del conocimiento basada en la naturaleza, capaz de valorar la socio-biodiversidad y convertirse en un motor de lucha contra la pobreza y la desigualdad en las zonas rurales y en las ciudades. « – Ricardo Abramovay
El sector privado juega un papel importante como agente de cambio. Las empresas, los fondos de inversión y las carteras que comercializan y utilizan productos amazónicos son responsables de su producción sostenible y deben proporcionar información transparente a los consumidores e inversores.
Los impactos en la Amazonía afectan a toda la comunidad global. Por lo tanto, la cooperación global y la responsabilidad mutua son fundamentales para lograr la sostenibilidad de la Amazonía. El bienestar de quienes habitan el planeta hoy y de las futuras generaciones depende de su conservación.
“Somos científicos que hemos estado estudiando el Amazonas y todos sus maravillosos bienes durante muchas décadas. Hoy estamos parados en un momento que determina el destino: el punto de inflexión está aquí, es ahora. Los pueblos y líderes de los países amazónicos juntos tienen el poder, la ciencia y las herramientas para evitar un desastre ambiental a escala continental, de hecho, global”. – Carlos Nobre, presidente del SPA y Thomas Lovejoy, miembro del Comité Estratégico del SPA