Sangre en la Selva: Defensores Indígenas que lucharon por la vida

Comunicaciones COICA

No podemos hablar de protección de la Amazonía, sin empezar por la  protección de los pueblos indígenas que son parte de ella, esta ha sido una de las demandas de los pueblos indígenas en la V Cumbre Amazónica de Pueblos Indígenas.

Los pueblos Indígenas somos guardianes del bosque desde que nacemos, llevando con nosotros un legado en la defensa de nuestros territorios, sin embargo, a pesar de este rol vital que cumplimos, nuestra lucha con el pasar del tiempo es más difícil, pues los gobiernos regionales y mundiales no reconocen nuestro papel dentro de la sociedad  ni tampoco  defienden  nuestros  derechos.

Según la recopilación histórica realizada desde la Coordinadora de las Organizaciones de los Pueblos Indígenas de la Cuenca Amazónica COICA, son más de 300 líderes y lideresas identificados, que han sido brutalmente asesinados por defender los territorios ancestrales en los últimos 10 años, esto sin contar las muertes que no son registradas de otros tantos líderes que en silencio pierden su vida por defender la Amazonía.

“Las cifras de deforestación en nuestros territorios crecen al igual que los asesinatos a los defensores y defensoras indígenas que protegen los territorios de las amenazas generadas por el extractivismo. Lamentablemente, estos casos quedan en la impunidad, frente al silencio cómplice de los gobiernos y la falta de un sistema jurídico que los proteja. La falta de información, vuelve opaco el número real de quienes pierden hasta su vida por proteger sus territorios”, menciona sobre el tema Julio César López, presidente de OPIAC- Colombia.

Milenariamente, los pueblos originarios hemos habitado los territorios de la gran cuenca amazónica en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela, siendo evidenciado por estudios científicos, que dichos territorios son los mejor conservados si se compara con áreas protegidas y otras áreas del bioma donde no hay ninguna defensa frente a las amenzas constantes de minería, extractivismo etre otros.

El mundo debe entender que los conocimientos ancestrales son los que han mantenido la Amazonía en pie, y que hasta que no se reconozca los derechos colectivos, individuales y territoriales de quienes habitamos en ella y no se generen acciones concretas como la demarcación de territorios, no se podrá alcanzar la meta planteada por los pueblos indígenas, de proteger el 80% de la Amazonía al 2025, ni tampoco las metas globales de conservación planteadas por la comunidad internacional hasta el 2030.

Los Estados han callado, la comunidad internacional  ha callado, todos han callado, es momento de romper el silencio.

Si no se garantizan los derechos individuales, colectivos y territoriales de los pueblos indígenas, no se podrá garantizar la protección de la biodiversidad de la selva tropical más grandes del planeta, poniendo en riesgo la pervivencia misma de la humanidad.

¡Cada vez que un defensor muere, agoniza la Amazonía!