Después de un día y medio de intentar preparar el escenario de diálogo entre las organizaciones indígenas movilizados en protesta (zona de Saramuro y Saramurillo) y la comisión del ejecutivo del Estado peruano, el esfuerzo mutuo ha sido abortado por la incapacidad de la comisión enviada de llevar adelante mecanismos mínimos de consenso que habría de dar paso, poco a poco, al levantamiento de la medida de fuerza.
La comisión ejecutiva firmó un acta unilateral –en un cuarto intermedio de la reunión– sin consensuar con los líderes y lideresas indígenas. Esta acción ha sido interpretada como un acto irrespetuoso mezclado de una intención cerril de acabar con la medida de fuerza sin lograr una hoja de ruta robusta de posibilidades en medio de un problema que se ha ido profundizado en los últimos 40 años.
Los hermanos indígenas continuarán con la medida de fuerza hasta que el Estado deponga la arrogancia y la prolongada indiferencia para dar apertura a un plan de acción que ataque directamente a la asfixiante pobreza que carcome día a día la esperanza de bienestar de los pueblos indígenas donde la actividad petrolera dejó un legado mortal.
Los niños, ancianos, jóvenes y la población en pleno hoy en protesta no han renunciado del sueño de ver llegar al presidente de la república, ministros y congresistas con el único objetivo de sembrar la semilla del bienestar duradero en un terreno que aún conserva su fertilidad y fe. “Queremos que el presidente de la república llegue a nuestra casa, lo vamos a cuidar, que coma con nosotros y baile con nosotros” dijo una mujer indígena.
Las comunidades indígenas movilizadas tenemos en alto la vocación de diálogo responsable y de buena fe.
CONSEJO DIRECTIVO DE ORPIO