Hace apenas una semana, la Central Asháninka del Río Ene (Care) atendió el caso de una escolar de un colegio en la comunidad nativa de Quempiri, que quedó embarazada luego de que su profesor Abel Sorio Soto abusó sexualmente de ella.

Según fuentes de la Central Asháninka del Río Ene, la menor habría sido violentada sexualmente dos veces. “El docente la violó en el camino a casa, y en otro momento fue empujada al baño de la escuela, donde Abel Sorio abusó de ella durante el horario de clases”, cuentan.

No es el primer caso de violación sexual que atiende el Care. Hace tres meses, en octubre del 2017, la institución reportó a dos alumnas de nivel primaria de la comunidad de Unión Puerto Ashánika que fueron violentadas por su profesor Julio Quentimari Villanes.

“La denuncia penal se originó a raíz de tocamientos indebidos en las partes íntimas de la alumna durante las clases por parte de Julio Quentimari, a quien se le encontró en flagrancia”, narran las fuentes del Care.

Sobre este caso, Care asumió la defensa legal de la menor, pero la fiscalía impidió que la institución vele por la escolar.

“La fiscalía intentó en todo momento separar a los abogados de Care del caso, indicando falsamente que el asunto era un caso entre el agresor y víctima, y que una organización indígena no tendría derecho a interferir en el proceso, desconociendo así el Convenio Internacional 169 de la OIT, que asegura a la población indígena una representación especial, tanto en términos políticos como legales”, cuentan.

Tampoco es la primera vez que el Ministerio Público no vela por las víctimas. En 2015, el Care denunció al profesor Wander Cueva Mishari, quien violó a dos menores que resultaron embarazadas en la comunidad Centro Caparocia.

Sin embargo, el Ministerio Público ya archivó una de las denuncias por insuficiencia probatoria y está camino a archivar la segunda por el mismo motivo.

Fuente: Wayka