Napo, provincia amazónica en Ecuador se encuentra gravemente afectada por la minería legal e ilegal y la inacción del gobierno provincial y nacional.
Hoy, 9 de febrero los pueblos y organizaciones indígenas amazónicos, activistas ambientalistas y ciudadanía en general de Napo se levantan en protesta para exigirle al gobierno seccional y nacional ¡No a la Minería!; ya es más de dos años que se están llevando a cabo procesos de minería ilegal en las parroquias de Arosemena Tola, Puerto Napo, Pano, Tena y el Talag, y las autoridades no han tomado acciones, ni han dado respuesta frente a este peligroso daño ambiental.
Los daños por la minería legal, ilegal o artesanal son irreparables, así lo confirma una investigación realizada por la Universidad Regional Amazónica Ikiam, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y la Universidad San Francisco de Quito[1], quienes revelaron que la minería aurífera y de metales generan una excesiva contaminación de los suelos y ríos de Napo, debido a la alta concentración de materiales tóxicos en el agua que provocan no solo la erosión del suelo y la contaminación de los afluentes, si no también enfermedades como el cáncer, lesiones cutáneas, anemia, disfunción renal, trastornos neurológicos y muertes para las comunidades amazónicas.
«Venimos a levantar la voz de los pueblos, abrazando a la gran CONAIE, que es nuestro gobierno indígena en Ecuador, y por eso una vez más estamos aquí para decir ¡Ya basta de silencio, ya basta de injusticia! queremos otras oportunidades para nuestros niños y niñas, y para las familias; hay otras formas de generar desarrollo para nuestros países, salvando el territorio, el ambiente, los derechos de los pueblos indígenas», mencionó con gran fuerza Gregorio Mirabal, Coordinador de COICA en la movilización “Napo sin Minería”.
En las calles de la ciudad del Tena, se levanta un sola voz colectiva ¡Napo, ama la vida, No a la minería!, en rechazo a la inacción del Gobernador de Napo, de la Prefecta de la provincia y de la Alcaldía de Tena, quienes han ignorado las denuncias y pedidos de los pueblos amazónicos frente a la destrucción nuestra Amazonía.
¡El único camino que nos queda, es la resistencia!