¡La COP28, una oportunidad histórica para abordar la crisis climática, ha resultado decepcionante en la entrega de medidas concretas y ambiciosas! A pesar de las expectativas elevadas y el llamado «Balance Global», el acuerdo presentado deja mucho que desear en términos de abordar de manera efectiva el desafío urgente del desuso de los combustibles fósiles a nivel mundial.

La falta de un compromiso claro hacia la eliminación progresiva de estos combustibles plantea preocupaciones significativas.

La ambigüedad en el lenguaje utilizado en el acuerdo crea un terreno fértil para interpretaciones diversas y no traza un camino firme hacia la reducción real de emisiones. La llamada a «contribuir» a los esfuerzos globales, sin un compromiso explícito de eliminar gradualmente el carbón, petróleo y gas, podría resultar insuficiente para abordar la urgencia de la crisis climática.

Las declaraciones del presidente de la COP28, Sultan Al Jaber, añaden confusión y preocupación, especialmente al negar la necesidad científica de la eliminación progresiva de los combustibles fósiles para limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius. Su posición como líder de la cumbre, además de dirigir la petrolera estatal, plantea dudas sobre su compromiso real con la acción climática.

Fotografía: The New York Times.

En lugar de avanzar hacia soluciones concretas y medidas ambiciosas, la cumbre parece estancada en discusiones ambiguas, excluyendo la participación equitativa de los pueblos indígenas, quienes hasta ahora han sido meros espectadores en lugar de participantes activos.

La redacción respecto a la reducción de los combustibles fósiles deja abierta la puerta a tecnologías de captura de carbono poco probadas, sin garantizar la reducción real de emisiones. El texto incluye la aceleración de tecnologías de emisiones cero, pero la falta de énfasis en la eliminación progresiva del petróleo y el gas genera descontento, especialmente entre los países insulares y en vías de desarrollo, quienes consideran la propuesta como un insulto.

Elementos que mantienen ineficaz al texto con respecto a las metas globales:

Incluyen el uso de la palabra «podría» en el apartado de energía, la ausencia de plazos de actuación concretos más allá de vagas afirmaciones de mediados de siglo, la falta de compromiso financiero para apoyar la transición energética en países en desarrollo, y la ausencia de una orientación clara sobre la financiación de la adaptación.

La COP28, lejos de ser histórica, parece representar un retroceso en la lucha contra la crisis climática. Sin un compromiso sólido y acciones concretas hacia la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, el mundo corre el riesgo de incumplir los objetivos del acuerdo climático de París.

¡Es imperativo exigir un liderazgo audaz y medidas concretas antes de que sea demasiado tarde!