Quito, 25 de noviembre de 2020
La violencia contra la mujer es un problema grave y real que adolecen las sociedades en todo el mundo, sin embargo, es más intensa en las poblaciones indígenas.
Las desigualdades históricas que vivimos los pueblos indígenas y las características culturales, ocasionan que las mujeres indígenas vivan diversas causas de violencia, como la discriminación, desvalorización, marginación, pobreza y exclusión, que agravan su vulnerabilidad ante la violencia; esto causa una reacción en cadena que termina afectando de manera integral a la familia, la comunidad y el territorio.
En la Amazonía, las mujeres indígenas sufren violencia física, psicológica, espiritual, sexual y económica, vinculada entre otras causas a la violencia sexual ejercida en las estrategias de guerra y proyectos extractivistas, la criminalización de la protesta por la defensa de nuestros territorios, el desplazamiento forzoso de nuestros territorios, recrudecidos en contextos de conflictos armados y de cambio climático.
Ante estas condiciones, los pocos datos estadísticos existentes de violencia contra la mujer indígena y considerando uno de los objetivos globales de la Agenda 2030 que determina reducir la desigualdad y las brechas sociales, culturales y económicas; es imprescindible abordar la violencia de género con enfoques culturalmente diferenciados y conforme la cosmovisión de cada pueblo, que sirva como punto de partida para el diseño de políticas públicas específicas que involucren y den protagonismo a los pueblos indígenas en la ejecución, seguimiento y evaluación de dichas políticas, para asegurar la prevención y lucha contra todas las formas violencias.
Desde la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, exhortamos a los Estados que asuman acciones urgentes que permitan reducir la violencia en todas sus formas y que cesen la invasión de nuestros territorios indígenas a través de actividades extractivistas que atentan contra la integridad de las mujeres indígenas y nuestras comunidades.
Como organización indígena, la COICA ratifica el compromiso de generar espacios de participación y toma de decisiones en todos sus niveles; y, seguir construyendo la defensa de nuestro territorio de manera integral, basados en los principios de respeto, reciprocidad, dualidad y complementariedad.
¡Las mujeres son tejedoras de vida y transmisoras de las lenguas y las culturas!