Por primera vez, un mecanismo financiero diseñado desde los territorios indígenas, y codiseñado con una institución multilateral, presentó sus primeros avances ante la comunidad internacional. El Fondo Amazonía para la Vida, creado por la alianza entre COICA y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), demostró que el acceso directo para los pueblos indígenas no solo es posible, sino que ya está en marcha.

Este Fondo representa una transformación estructural en la forma en que se entiende, financia y gobierna la Amazonía. Rompe el bloqueo histórico que durante décadas impidió que las organizaciones indígenas accedan a recursos climáticos sin intermediarios y coloca a los territorios en el centro de la acción climática.

Un mecanismo nacido desde el territorio

Durante años, los pueblos indígenas sostuvieron una demanda clara: crear un mecanismo financiero construido desde sus propias normas, prioridades y formas de gobernanza. El Fondo Amazonía para la Vida nace de esa visión territorial, articulada por COICA y finalmente recogida por el Banco Interamericano de Desarrollo.

Este mecanismo no es un piloto ni un experimento. Es un modelo viable, real y operativo, diseñado para transferir recursos directamente a las organizaciones que protegen el 80% de la biodiversidad que queda en el planeta.

Primeros avances presentados en la COP30

En la COP30, COICA y las organizaciones beneficiarias mostraron avances concretos:

1. Implementación en curso en territorio

  • AIDESEP (Perú) ya ejecuta recursos en:

    • Fortalecimiento de economías indígenas,

    • Monitoreo territorial,

    • Cadenas de valor de bioeconomía.

  • OPIAC (Colombia) desarrolla una estrategia panamazónica sin precedentes.

  • COIAB, UMIAB y CONFENIAE culminan la preparación técnica para implementar de forma directa.

Un fondo que fortalece la base viva de la Amazonía

Los recursos apoyan procesos que sostienen la vida amazónica de manera integral:

  • Planes de vida y gobernanza comunitaria

  • Bioeconomía indígena

  • Monitoreo territorial y vigilancia

  • Procesos de mujeres indígenas

  • Recuperación forestal y continuidad cultural.

Los avances presentados mostraron que el Fondo no es un proyecto aislado: es la piedra angular de una arquitectura financiera amazónica, construida sobre gobernanza compartida, diálogo intercultural y corresponsabilidad.

El Fondo abre una relación inédita entre pueblos indígenas, Estados y banca internacional, donde la vida de la selva guía las decisiones.