El pasado miércoles, 13 de octubre, en el marco de la decimoquinta conferencia de las partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP15) desarrollada en China, se aprobó la declaración de Kunming que tiene el propósito de reforzar las políticas internacionales para la protección de la biodiversidad amenazada por el cambio climático.
La declaratoria, que es un compromiso político adoptado por más de 100 países para gestionar acciones en favor de la conservación del ambiente, reconoce entre uno de sus puntos la contribución de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica mediante la aplicación de sus conocimientos tradicionales, innovaciones y prácticas.
El compromiso 15 detalla que permitirá la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas y alentará a que formulen compromisos voluntarios en relación con la Agenda de Acción para la Naturaleza y la Gente. En este contexto, los Estados y la comunidad internacional debe reconocer que, para cumplir con la meta ambiciosa de proteger la diversidad biológica global, paso importante es garantizar los derechos de los pueblos indígenas estipulados en la normativa internacional y generar mecanismo de apoyo técnico y financiero directo para gestionar de manera sostenible los territorios.
Las acciones establecidas en la declaración de Kunming, también deben alinearse con las iniciativas generadas desde los mismos territorios, como lo es “Amazonía por la vida, protejamos el 80% al 2025”, que es llamado de los pueblos indígenas a un acuerdo global para la protección permanente de la cuenca amazónica, como medida urgente para detener el punto de no retorno y garantizar su rol fundamental como regulador climático mundial.
En esta línea, para posicionar sus demandas, líderes indígenas de los 9 países de la cuenca amazónica, se preparan para participar en la Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático – COP26, a desarrollarse del 01 al 12 de noviembre en Glasgow, Escocia. Anhelamos que las voces de los pueblos, el grito de la selva sea escuchado, y todas la declaraciones y acuerdos definidos por la protección de la madre naturaleza pasen de ser solo papel a la práctica, por una Amazonía viva, para una humanidad segura.